viernes, 16 de mayo de 2014

Vino a por trabajo y le eché un polbazo

Hola me llamo Ernesto, tengo 32 años, mido un metro ochenta y cinco, tengo el pelo castaño, los ojos color miel y un cuerpo musculoso porque me gusta ir al Gym.

Tengo que decir que antes de esta experiencia nunca había tenido sexo con otro hombre, me considero totalmente hetero pero llevaba mucho tiempo sin una buena follada y estaba realmente cachondo.

Soy el encargado de una empresa de modelaje, tanto masculina como femenina, y tenemos abierto un casting para captar caras nuevas.

Todo empezó el miércoles por la mañana cuando este chico entre por la puerta de mi despacho para hacer la entrevista.

- Hola bueno días – dijo educadamente.
- Hola siéntate por favor – respondí - ¿Eres Erick verdad?
- Si – respondió.

Se notaba que estaba nervioso, era un chico de estatura media, guapete, con el pelo castaño y los ojos marrones. Parecía tener buen cuerpo pero no daba el perfil que estábamos buscando en ese momento.

-¿Has rellenado la ficha con tus características? – Pregunté mientras él me pasaba un folio con todas sus medidas – Esto está muy bien Erick, pero por lo que pone aquí solo tienes 17 años y no trabajamos con menores de edad – dije mientras me ponía en pie y me acercaba a él. – Pero cuando tengas 18 ven otra vez porque estaremos encantados de hacerte otra prueba.

Erick se puso de pie y se acerco a mí.

- Cumplo los 18 dentro de muy poco tiempo, hágame la prueba por favor -  dijo mientras ponía una mano sobre mi paquete.
- ¿Qué haces chaval? – Dije apartándole de mí – Vete ahora mismo de aquí.

Pero en vez de irse se quedo mirándome el paquete, fue entonces cuando me di cuenta que tenia la polla dura y que se marcaba perfectamente sobre mis pantalones.

Hace mucho tiempo que no echas un polbo, está claro que este tío me ha puesto como una moto y solo me ha tocado un segundo ¿Qué pierdo por probar a follarme un tío? Pensé.

Erick volvió a acercarse a mí, pero esta vez no me toco el paquete, esta vez me dio un beso, un beso que yo le correspondí. Al principio me sentí un poco incomodo pero después de dos besos empecé a sentirme tan a gusto que para cuando quise darme cuenta Erick ya me avía descamisado y desabrochado el pantalón.

Me sorprendía lo cómodo y cachondo que estaba así que decidí dar un paso adelante y dejar a Erick con el torso descubierto. El chico no estaba nada mal, aunque en general era más pequeño que yo se notaba que se cuidaba, tenía unos pectorales trabajados y unos abdominales bien definidos.

Seguimos desnudándonos poco a poco, se notaba que él estaba igual de cachondo pero también parecía algo nervioso ¿También sería su primera vez con otro hombre? ¿O sería su primera vez? No quise preguntarle porque todo iba muy bien.

El ya estaba en bóxers y se le marcaba una buena polla, yo me quite los pantalones y como no uso ropa interior mi erección quedo al descubierto en su totalidad.

- Ostia que pollón tiene – dijo mientras me miraba la polla - ¿Puedo probarla?
- Claro, chupa todo lo que quieras – conteste mientras el bajaba y se metía mi polla en la boca.

Aunque mi polla no mide más de 17cm es muy gorda, era tan gorda que apenas entraba en la boquita de Erick. Él empezó a chupar de arriba abajo como si fuese un polo, le encantaba jugar con mis pelotas mientras se comía con ansia todo mi rabo.

- Que bien lo haces chico – dije mientras le agarraba la cabeza con el pelo.
- Gracias señor – respondió mientras seguía chupando.
- ¿Me dejarías romperte el culo? – pregunté.

El tardo un rato en responder por lo que supuse que diría que no.

-  Vale – respondió.

 Yo estaba flipando, me apetecía mucho meter la polla en un agujero calentito pero ¿realmente quería hacerlo con otro hombre? Él se acercó a un sofá que había en mi despacho, se quito los bóxer y por fin le pude ver totalmente desnudo. Tenía un rabo de unos 15cm y bastante más fino que el mío, estaba totalmente depilado lo que le hacía parecer un niño pequeño. Todas mis dudas se disiparon cuando se subió a cuatro patas encima del sofá y puso su culo en mi dirección. Era un culo perfecto, pequeñito y totalmente pelado.

Ya no tenía dudas, quería follármelo así que me dirigí al sofá y empecé a comerle el ano. Estaba muy caliente y le palpitando con ganas, como si estuviera pidiendo rabo.

- Ohh señor, que bien, me encanta – dijo entre gemidos.
- Tienes un culo muy rico – conteste sin dejar de chupar – voy a pegarte la pedazo follada.
- Uf estoy deseándolo, pero hágalo con cuidado – pidió – nunca me han follado.

Entonces yo estaba en lo cierto, o nunca había estado con otro hombre o era virgen. Saber eso que mi rabo sería el primero en entrar en ese culito me puso mucho más cachondo así que no me entretuve mucho más chupándolo y me prepare para metérsela.

Puse mi polla entre sus nalgas, la restregué y me moví como si ya le estuviera follando.

-Métamela ya por favor – suplicó.

Se notaba que estaba deseando que lo follara, movía el culo como una perra en busca de mi rabo. Agarre mi polla con una mano y con la otra le sujete para que se estuviera quieto, acerque mi polla a su ano y fui introduciéndosela poco a poco.

-Que culito más prieto tienes chaval – dije mientras seguía metiéndosela. Él no decía nada solo gemía.

Con la polla dentro le agarre y le lleve a la ventana de mi despacho, hice que se apoyara en el saliente de la ventana y yo me quede de pie. Ahora podría follármelo mucho mejor, continué despacio durante un rato hasta que note que el momento de la corrida estaba cercano.

Empecé a follármelo mucho más rápido y fuerte, él no paraba de gemir, su cara me decía que aunque le dolía le estaba encantando y eso me gustaba.

Seguí follándomelo un rato contra el cristal de la ventana mientras veíamos como pasaban los peatones por la calle hasta que no pude aguantarme más y con unas fuertes sacudidas me corría dentro de él.

- Que culito más tragón tienes – dije mientras sacaba mi polla.
- A estado muy bien señor – dijo - ¿me ara la prueba para el trabajo? – Preguntó mientras se limpiaba mi corrida de su culo.

No sabía que responder, no me había dado cuenta de que la única razón por la que el chico había dejado que lo follase era conseguir el trabajo ¿Cómo podía haber sido tan tonto?

-Si – contesté.

No podía arriesgarme a que contara lo sucedido así que termine haciéndole la prueba y contratándolo. No me quejo de la experiencia, la verdad que me gustó mucho y estoy deseando repetirlo con más gente.



No hay comentarios:

Publicar un comentario