martes, 13 de mayo de 2014

Mi nieto viene a por la pasta de dientes pero le doy otra cosa

Hola mi nombre es Andrés, soy un hombre de 73 años, tengo el pelo canoso y los ojos marrones. Mido  un metro ochenta y aunque no tengo un cuerpo muy marcado, para mí edad no está nada mal gracias a mi trabajo en el ejército.

Estoy felizmente casado y tengo tres hijas y 4 nietos, tres chicas y 1 chico. El chico se llama Manuel, es mi preferido porque yo siempre quise un niño en la familia con el que poder jugar a fútbol, llevármelo de pesca y poder enseñarle mi profesión.

Manuel es un joven de 19 años, es moreno y tiene los ojos negros, mide un metro setenta y cinco y está hecho un cachitas. Es muy cariñoso desde que era niño, pasábamos mucho tiempo juntos pero desde que se fue a la universidad a estudiar ciencias deportivas apenas nos vemos.

Un día recibí una llamada de teléfono, era Manuel, me decía que tenía una semana libre después de los exámenes y quería saber si me apetecía pasarla con el pescando. Yo obviamente le dije que sí.
Llego la semana tan esperada, Manuel vino a buscarme por la mañana, estaba muy guapo. Después de pasar la mañana en casa con su abuela poniéndonos al día, decidimos que ya era hora de irnos a la casa en la que pasaríamos el resto de la semana.

El viaje duró unas horas en las que pudimos seguir ablando de los estudios y de cómo le iba la vida en la universidad. Me pareció que había madurado mucho desde la última vez que nos veíamos.

Cuando llegamos a la casa ya eran las ocho de la tarde, estaba empezando a oscurecer así que decidimos preparar los bocadillos y los utensilios de pesca rápidamente y marcharnos al rio para empezar a pescar. Yo ya estaba preparado pero Manuel no terminaba de salir de su habitación así que decidí ir a buscarle. La puerta de su habitación estaba un poco abierta, no sé porque pero me acerque sin hacer ruido y al mirar por el hueco de la puerta pude ver a mi nieto totalmente desnudo cambiándose de ropa, estaba más fuerte que la ultima ve que le vi desnudo y su pene ya no era el de un niño. Mi polla reacciono y se empezó a poner dura ¿me estaba poniendo cachondo? Era mi nieto ¿Cómo podía ser que me excitara con mi propio nieto? El dirigió la mirada a la puerta y se dio cuenta que estaba al otro lado.

- Puedes pasar abuelo – dijo sin ningún tipo de pudor poniéndose unos boxers.
- Lo siento Manu, no pretendía espiarte pero venía a decirte que te dieras prisa y como te visto desnudo no he querido incomodarte.
- Tranquilo abu no pasa nada, ni que fuera la primera vez que me ves desnudo – dijo con una sonrisa – ¿As preparado todo lo necesario para pescar?
- Si ya está todo listo – respondí aun avergonzado.
- ¿Abras metido birras para los dos no? Que ya no soy un niño y puedo beber.
- Si claro que sí, ya eres todo un hombre – respondí pensando en su pene.

Nos fuimos al río a colocar todo lo necesario para la pesca, charlábamos muy animadamente, parecía que realmente no le había importado que le viese desnudo porque no pareció estar incomodo en ningún momento del resto de la noche.

Ya eran las dos de la madrugada y después de tantas horas hablando y bebiendo los temas de conversación empezaban a ser un poco más picantes de lo habitual. Primero estuvimos hablando de nuestras primeras veces, yo le conté que mi primera vez fue con la panadera del pueblo donde crecí y el que la suya fue en los baños de una discoteca. Yo me estaba poniendo muy caliente y el parecía estar igual. Seguimos hablando un rato sobre sexo pero de repente nos callamos y al de un rato preguntó:

- ¿Oye abu que te ha parecido mi rabo? – preguntó mientras se sobaba el paquete.
- La verdad es que no está nada mal Manu pero el mío esta mejor – respondí sobándome también mi paquete
- ¿Pero a ti se te sigue poniendo dura?
- Pues claro chaval – dije un poco molesto – lo que pasa que tu abuela ya no le da uso.

Los dos reímos y seguimos con nuestras charlas calientes un rato más. A las tres de la mañana decidimos que ya era una buena hora para irnos a dormir, al día siguiente seguiríamos con la pesca. Al llegar a la casa yo me fui directo a mi habitación, empecé a desnudarme y me quede solo con el slip, seguía teniendo la polla dura por culpa de la charla con mi nieto.

Estaba a punto de deshacer la cama para meterme y hacerme una paja cuando mi nieto entro por la puerta.

- ¿Abu tienes pasta de dientes? – preguntó.
- Eh.. si que tengo – respondí intentando tapar mi erección. Manu solo tenía puestos los bóxers y parecía que también seguía cachondo. Me di cuenta de que estaba mirando mi paquete. – ¿Qué miras Manu?
- Lo mismo que me estas mirando tu a mi – respondió con una sonrisa.

Se acerco a mí y me beso en la boca. Yo no me aparte, me estaba gustando, hacía tiempo que nadie me besaba así. No pensé en ningún momento que lo que estábamos a punto de hacer estaba mal ni que Manu aparte de un hombre era mi nieto, solo deje que la situación fluyera.

Manu me lanzo sobre la cama y se coloco encima de mí, nos volvimos a besar una y otra vez, mi polla me iba a reventar, me encantaba la situación en la que estábamos pero quería más.

- Manu haz una mamada a tu abuelito anda, que tu abuela nunca me ha querido hacer una – dije sin miedo a que mi nieto se negase.
- Nunca he mamado una polla no sé si lo haré bien – respondió él.

Manu empezó a bajar lentamente besando mi torso, mi abdomen hasta llegar a mi paquete. Empezó a lamer mi polla por encima del slip, él parecía estar muy caliente pero seguro que no tanto como yo.

-Umm venga Manu sácame la polla y pórtate bien con tu abuelo – dije deseoso de que mi nieto empezara a mamarme la polla.

Manu no dijo nada simplemente me agarro la polla y la saco del slip.

- Joder abu no sé si podre comérmela entera – dijo mirando mi polla – no creo que me entre.
- Empieza poco a poco y ya verás como al final te la comes enterita.

Empezo a chuparme la polla despacio, muy suavemente, me encantaba, no podía creer que fuera su primera mamada lo hacía de vicio. Estuvo chupándomela un buen rato, parecía que chupármela le gustaba tanto como a mí que me la chupara, lo hacía tan bien, no me podía creer lo que me avía perdido toda mi vida. ¿Qué más cosas me abría perdido?

Manu se incorporo y acercándose a mi rostro me besó mientras me quitaba los slips y luego sus bóxer. Yo aproveche ese momento para tocar una polla que no fuera la mía por primera vez. Cuando toque la polla de mi nieto me puse más cachondo todavía, era una polla dura y caliente, notaba como palpitaba en mi mano.


No estuvimos mucho rato besándonos y sobándonos porque Manu parecía tener otro tipo de intenciones.

- Abu quiero que hagas conmigo todo lo que no puedes hacer con la abuela – dijo mientas me daba la espalda – seguro que la abuela tampoco te ha dejado que le folles el culo.
- Tienes razón, no me ha dejado – respondí - ¿seguro que quieres que tu abuelo te folle?
- Estoy seguro abu, quiero complacerte.

Sin pensárselo dos veces al ver que yo dudaba sobre si lo que íbamos hacer sería demasiado Manu me agarro la polla y empezó a restregársela por todo su culo. Yo no hacía nada era él el que tenía el control. Empezó a sentarse despacito de espaldas a mi introduciéndose la polla poco a poco pero al cabo de un rato ya tenía toda la polla introducida y el gemía como un loco, no sé si de placer o de dolor. Me encantaba ese agujerito prieto y calentito sin duda alguna era el mejor polvo que avía echado en mi vida. 

-Joder Manu que culito más rico tienes, como sigas así voy a correrme dentro de muy poco.
- Pues voy hacer que tengas la mejor corrida de tu vida abu – dijo y empezó a moverse más rápido haciéndome sentir un placer incontrolable que termino haciendo que me corriese como nunca antes lo había hecho.

Sin dejar que me levantara Manu se me tiró encima y empezó a chuparme otra vez la polla. Lo hacía tan bien que la erección no bajo ni un milímetro.
Los dos teníamos ganas de más así que esta vez fui yo el que dio el primer paso y coloque a mi nieto a 4 patas encima de la cama.

Tenía un culo tan bonito, el culo más bonito que jamás había visto. Al ver ese ano palpitante tan de cerca seguí el impulso que me decía que lo chupara. 

- Dios que culo más rico tienes – dije a Manu mientras le chupaba el ano y el no dejaba de gemir.
- Fóllame otra vez abu – suplicó – estoy muy caliente.
- Estas hecho todo un vicioso – dije mientras me incorporaba – voy a pegarte tal follada que no vas a poder salir de casa en toda la semana.
- Si abu sii ahh – gimió mientras le metía toda la polla de golpe– joder que bien lo haces. 


No podía parar de follarme a mi nieto, cada vez era mejor, cada vez mas gusto, cada vez más morbo. Le di la vuelto y empecé a follármelo mirándolo a la cara. Eso era todavía mejor, podía ver la cara de placer de Manu, era tan guapo y estaba haciendo que nos lo pasáramos tan bien. 

Mientras seguía fallándomelo él se pajeaba con muchas ganas, pensaba que no le quedaría mucho para correrse y así fue al de unos poco minutos.

- Abu no puedo más, me corro – dijo mientras se pajeaba aun más rápido.
- Yo también Manu – respondí mientras sacaba mi polla de su culo y ambos nos corríamos a la vez encima de su cuerpo. 
- A sido brutal abu – dijo Manu.
- Si que lo ha sido cariño – dije mientras le abrazaba – espero que no sea la última vez que hagamos algo así.


Y así fue, esa semana no pescamos nada de nada porque no salimos de la habitación y ahora cada vez que los estudios se lo permiten nos escapamos a “pescar”.

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